30 jul 2011

Taller Botánico para sordo-ciegos.

Hace unos días realizamos un taller botánico para personas sordo-ciegas, por lo tanto percibieron nuestro jardín y sus plantas desde el tacto, el olfato y el gusto.
Durante la visita estuvieron presente los integrantes de un curso de operador de cámara que con el material grabado montarán un corto.Este fué el guión de nuestro trabajo, por si interesa:

Las personas con discapacidad, (a partir de ahora diremos con “diversidad funcional”- df), somos percibidos en muchas ocasiones como enfermos, personas defectuosas, menos válidas y sujetos pasivos que no suelen participar ni en los asuntos que nos afectan y ni mucho menos en los procesos transformadores de nuestro entorno.  Pero lo que ocurre es que cuando un grupo de personas no tiene garantizados sus derechos básicos es difícil que éstos se preocupen por el cambio climático, el comercio justo, etc.

No obstante, nosotros intentamos desde la df, apostar de una manera activa por la diversidad humana y la del planeta. Con este taller de sensibilización, estamos apostando por intervenciones ecológicas, o sea, donde todos los miembros de la comunidad humana y ambiental, salgan beneficiados.

Las plantas no siempre viven en un estado de exhuberancia sino que se adaptan a las condiciones del entorno. Por ejemplo:
-    Las plantas anuales, cuando mueren, ya han producido unas semillas protegidas para poder germinar el año siguiente.
-        Los árboles pierden sus hojas en periodos climatológicamente adversos.
-        Las plantas de nuestra colección –suculentas- engrosan el tallo, la raíz o las hojas como estrategia adaptativa para periodos de escasez de agua.

Los seres humanos somos los únicos que queremos vivir con todos los recursos todo el tiempo. A costa de deteriorar nuestro entorno, que es nuestra casa.

La información que pretendemos transmitir hoy a nuestros visitantes con DF, se va a realizar a través de los canales que ellos tienen más desarrollados: tacto, olfato y gusto, y se llevará a cabo mediante las siguientes actividades:
1-    Tocar y sentir las distintas texturas de los troncos de los árboles: palmáceas, ficus, etc.
2-    Palpar, sentir una planta suculenta, (la especie Gasteria Acinacifolia), con sus engrosamientos por la acumulación de agua en las hojas. La palabra Gasteria procede del griego Gaster que significa estómago, en alusión al engrosamiento de sus hojas como depósito.
3-    Tocar y sentir la diversidad en las semillas. Trabajaremos con dos semillas que están en los extremos del tamaño: una muy pequeña, de la especie Washingtonia robusta (10 semillas por gramo), y otra muy grande, de Lodoicea Maldívica, o Coco de mar, de las islas Seychelles (1 semilla de 20 kilos de peso), que es la semilla más pesada del planeta.
4-    Trabajaremos el olfato y las propiedades curativas y culinarias de las plantas: Orégano (Oríganum vulgare), planta mediterránea especialmente indicada para espasmos intestinales y flatulencia. La compararemos con la Hierba Luisa (Lippia Citrodora), de contrastadas propiedades digestivas. En este punto, pasaremos a degustar una granizada de esta última planta.
5-    Trabajaremos la creatividad y el tacto, a través de una escultura del artista José Mª Córdoba.
6-    Para concluir trabajaremos el sentido del gusto con una merienda-cena en la que predominarán los platos construidos con elementos de la huerta.

Las personas que colaboran en este taller no pertenecemos a ninguna asociación ni ONG. Somos un grupo de gente que cree en la gente, y que creemos en la premisa que dice que Dar y Recibir es la misma cosa., y que compartiendo capacidades enriquecemos nuestros valores personales.

Como grupo, compartimos la convicción de que a través del voluntariado podemos contribuir a lograr una sociedad y un planeta más justo e igualitario.

Jardín LA MEDEMIA






1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena idea. Felicidades por impartir este tipo de talleres. Buscaré implementar este tipo de talleres en mi ciudad.

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